¿Cuál es la forma correcta de hacer una reverencia diplomática?
La reverencia no es solo un gesto de cortesía antigua: sigue viva en los entornos más formales del protocolo internacional. Desde saludos entre representantes de casas reales hasta actos institucionales con fuerte carga simbólica, la reverencia es un saludo no verbal cargado de intención.
Pero cuidado: no todas las reverencias son iguales, ni tienen el mismo significado. En el mundo del protocolo, este gesto debe adaptarse a tres factores clave: el contexto cultural, la jerarquía entre los interlocutores y el grado de formalidad del acto.
🧭 El contexto cultural: clave para no cometer errores
En algunos países asiáticos, una leve inclinación de cabeza sustituye al apretón de manos. En otros, como Reino Unido o Japón, existen grados específicos de reverencia, cada uno con su propia lectura simbólica. Un gesto inapropiado o fuera de lugar puede transmitir desconocimiento, arrogancia o falta de respeto.
Por eso, observar antes de actuar es parte del buen hacer diplomático.
📐 Jerarquía y simbolismo
La reverencia también expresa respeto a la jerarquía. Cuanto más alta es la posición de la persona a la que saludamos, más marcado debe ser el gesto, siempre dentro de lo que culturalmente sea apropiado. Pero cuidado con exagerar: en diplomacia, la elegancia está en la discreción y la medida justa.
En contextos de igualdad entre interlocutores, bastará con una ligera inclinación de cabeza. En actos reales, el protocolo puede ser más riguroso, y conviene conocer de antemano si está permitido o esperado hacer reverencia, o si basta con un saludo verbal.
🎓 En EIP Granada, interpretamos el escenario antes de actuar
No se trata de repetir gestos como si fueran normas rígidas, sino de entender el contexto y actuar con inteligencia protocolaria. Por eso, en nuestra formación enseñamos a leer el entorno, analizar el grado de formalidad y la cultura representada antes de decidir cómo saludar o comportarse.
Porque en protocolo, como en el teatro, lo importante no es solo actuar… sino saber cuándo, cómo y ante quién hacerlo.